¿Por qué pido ayuda?
Motivos hay tantos como personas. A veces sabemos que hay, pero no tienen nombre y apellidos. No pasa nada.
Otras veces sí que tienen nombre: Despidos de trabajo, fallecimiento de familiares o personas allegadas, situaciones referidas al estado de salud, separaciones, problemas familiares...Todos ellos son acontecimientos estresantes que ocasionan un elevado malestar. Algunos aparecen de manera inesperada, lo cual aumenta más aún la sensación de indefensión y falta de control.
Puede ser que quieras salir de una situación en la que no te sientes feliz, pero no sabes qué pasos tienes que dar. O sí los conoces, pero no sabes cómo darlos.
Puede ser que te encuentres en la situación que quieres, pero no entiendes por qué no te sientes feliz.
Tal vez conozcas tus motivos, o estés aquí para conocerlos. Pero quiero que sepas que hay uno que seguro que tienes, porque es universal: el derecho a pedir ayuda y ser ayudado.
Y para terminar, quiero decirte que lo estás haciendo lo mejor que puedes. Aquí y ahora, con las herramientas de las que dispones, y el grado de conciencia que tienes. Que lo quieras hacer mejor no significa que no lo estés haciendo todo lo bien que puedes ahora mismo.